1. Los hombres somos visuales; las mujeres, olfativas.
Cualquiera que haya convivido con una mujer embarazada sabe hasta qué punto se le afilan los receptores olfativos antes de dar a luz. Lo que tal vez no sepas es que, en general, su sentido del olfato es siempre mejor que el nuestro y que, al parecer, ocupa un lugar preponderante en la elección de pareja y a la hora de tener relaciones sexuales.
Diversos estudios aseguran que, mientras que los varones tendemos a sentirnos atraídos por impulsos visuales, las proporciones del cuerpo, los rasgos faciales o la piel, ellas le prestan una gran atención al aroma de su potencial amante.
2. Los olores influyen en la percepción visual.
Oler bien nos hace parecer más guapos, o al menos eso han concluido ciertas investigaciones científicas que han estudiado la relación entre la vista y el olfato. Sin entrar a evaluar esa rara condición que padecen algunos individuos llamada sinestesia, por la cual una persona sana puede escuchar colores, se ha descubierto que, en sus estadios iniciales, la apreciación de determinadas esencias puede influir en la percepción visual. Siguiendo este razonamiento, es plausible concluir que emitir un olor agradable genera una impresión más positiva sobre nuestra belleza.